Allá por 1975 poco después de empezar a escalar,
seguramente fue cuando escuche por primera vez el nombre de Rivas, siempre ligado
al de Acuña, hasta el punto de pensar que se trataba de una sola persona, algo
que con el tiempo te enteras que son los apellidos de dos personas distintas,
la primera vía que hice en el pájaro fue precisamente esa, La Rivas Acuña a la
cual fueron siguiendo otras con su firma, en La Cabrera, Galayos etc…
A finales de los 90 primeros 2000, Salva apareció
un día por la Peineta, Rocodromo donde yo entrenaba escaladores, ahí nos
conocimos y durante algunos años compartimos esas clases y llegamos a
conocernos, menudas historias que nos contaba, menuda calidad de alpinista y de
persona, en fin, no podía menos que dedicarle una vía y bautizar una punta de
las muchas que hay en el Torozo, con su nombre, así que en compañía de Juanjo,
Mari y Javi ahí quedo nuestra modesta aportación en su memoria.
La noche anterior en nuestro hotel particular
Bien temprano para arriba
Tercer largo, un diedro muy visible y nada
facil
Cuarto largo, una placa no muy difícil que nos
deja en una reunión muy amplia, todas las reuniones son muy grandes
Quinto largo, una entrada Fina da paso a un
largo de 60 metros por una placa muy peculiar
Sexto largo, el más complicado, tramo clave de
la vía
Cumbre de la Punta Rivas
Primera celebración
Aparte de disfrutar de la compañía de este equipo, que es insuperable, una de las cosas que más me gusta de estas actividades son las lecciones que te enseña. Es una escuela donde se aprende lo que significa la solidaridad entre compañeros, el valor del esfuerzo y la voluntad, la convicción de que importa más el "cómo" que el "qué" y la determinación para mantenerse fiel a unos principios en las duras y en las maduras.
ResponderEliminarBesos a todos y gracias por esta experiencia.
La montaña siempre nos enseña algo, mas bien mucho, nos enseña a conocernos y a conocer a los demás, sobre todo cuando vienen las duras, aquí seguimos y seguiremos hasta que el cuerpo aguante.
EliminarBesos.
Era conocedor de vuestra última aventura, pues a pesar del vértigo a las alturas, intento estar al tanto de las mismas y quizás por ese miedo valoro de manera especial vuestro trabajo.
ResponderEliminarEs un placer contemplar los logros obtenidos por el equipo, que además de la montaña os une la amistad.
Después de leer la historia de esa relación con Salva y la dedicación de esta apertura, le pido al grupo que hoy mis pocas palabras las centre en vuestro compañero y maestro Wimbor, que teniendo tantas virtudes como tiene, las quiera empequeñecer para agrandar la labor de aquellos que en su día fueron sus compañeros y que no hacían nada diferente a lo que ahora vosotros hacéis con el maestro a la cabeza.
Esta reflexión, me lleva a una frase que un día leí y que decía así: “La humildad, consiste en callar nuestras virtudes y permitirles a los demás descubrirlas “.
Muchas gracias por tus palabras Tomas, nuestras aventuras nos mantienen vivos, siempre pensando en la próxima, haciendo planes, soñando, así pasa la vida y al mirar atrás, piensas, "no esta mal" por el camino se van quedando compañeros que poco a poco nos van dejando, nosotros algún día también partiremos, mientras podemos seguir haciendo lo que nos apasiona sin olvidar a esas personas que en algún momento de la vida fueron importantes para nosotros. un abrazo.
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